La Felicidad no es lo que me pasa, si no como interpreto lo que me pasa. Es mi desiciòn vivir en armonìa y descubrir el lado agradable del camino que escojo recorrer.
lunes, 25 de noviembre de 2019
Que es vibrar alto?
Es saber que no estamos solos... que todo esta conectado... sentir con intensidad esa conexión y verla reflejada a través de las múltiples sincronicidades, esas pequeñas grandes "causalidades" que nos van conduciendo a través de personas, acontecimientos, lugares, sentimientos e intuiciones... hacia algo o alguien.
Es ser espontáneos... ser y manifestar tal cual uno lo siente en el interior, permitiendo que eso que somos de verdad, fluya, se irradie... Es saberse protegido por el Amor del Universo... y que nada puede quebrar esa protección porque la sostiene nuestra fe... Es elevarnos por encima de todos los apegos mundanos, de todas las apariencias y disfrutar la Vida LIBRES de quejas, condicionamientos, juicios y prejuicios, libres de criticas y reproches, libres de culpas, miedo y dolor...
Vibrar alto es enviar Amor donde haya conflicto, es Iluminar en vez de hacernos cómplices de las sombras, generando más conflicto. Vibrar alto es perdonar... el Perdón es una ENERGÍA que cuando la hacemos circular, fluir... NOS LIBERA!! y nos permite olvidar y continuar ligeros de cargas!!
Vibrar alto es SER LIBRES desde la humildad; desapegarnos de aquello que realmente no nos pertenece, que no nos hace bien... o no se corresponde con nuestro Maravilloso Plan de Vida... Haber aprendido a CONTAR NUESTRAS BENDICIONES y haber dejado atrás los viejos conceptos de carencias, esto de que "me falta" o "no tengo"... y VER que sí tenemos lo que realmente necesitamos... porque el Universo en su Amor Infinito siempre nos brinda lo que es necesario para nuestro desenvolvimiento en el mundo material... Cuando nos liberamos de los apegos, ya no hay sufrimiento, ya no hay carencias porque amamos lo que somos y tenemos... y agradecemos lo que recibimos.
Vibrar alto... es callar al ego con amor... Vibrar alto... es VIVIR LA EXISTENCIA... convertirla en una sucesion de aprendizajes y experiencias ¡¡Es caminar por la Vida y sentir... como si las puertas se fueran abriendo!! y de seguro... mientras más vamos vibrando en el Amor... más puertas se abren, y las que se cierran... sabemos dejarlas atrás con amor y la alegría y gratitud por lo aprendido...
Vibrar alto... es ASUMIR EL COMPROMISO de ser los CREADORES de nuestras realidades. Tomar la RESPONSABILIDAD que tenemos por todo lo que nos acontece y lo que somos. Tomar las riendas de nuestra vida y AGRADECER ese Mágico Poder porque nos da la posibilidad de cambiar, sanar, armonizar ... transformar en nosotros mismos todo aquello que deseamos ver cambiar en el mundo...
Vibrar alto... es VIVIR en PAZ ... libres de angustias y preocupaciones por el futuro y de ataduras con el pasado... Vibrar alto ES SER FELIZ... en lugar de sentirlo sólo cuando algo que nos hace bien sucede. SER FELIZ y compartirlo con los demás... apoyando, acompañando, amando desde esa FELICIDAD!! Sin dependencias, sin condiciones, sin ataduras...en Libertad y Amor.. INCONDICIONAL!!
Cuando comenzamos a vibrar alto, sin teorizar o analizar qué nos conviene o no de todo esto, aquellas cuestiones negativas que nos aquejan se van dispersando, se van disolviendo y se convierten en más de esa alta vibración... El secreto no es que mi vida se acomode para que yo "pueda vibrar alto"; al contrario... es comenzar a vibrar alto para que todo en mi vida se vaya armonizando. De esa manera... vibrando alto, vibrando bello y en Armonía, Luz y Amor, atraemos tal cual vibramos y aparecen en nuestras vida el trabajo ideal, las personas correctas, el AMOR de nuestra vida, el AMOR Verdadero... la salud. Todo se va haciendo maravillosamente mágico!!!
Es tambien haber comprendido que somos parte de todo, que estamos todos conectados y que podemos contribuir, desde el Alma, a aliviar el sufrimiento de los demás, entendiendo nuestro Compromiso para con todo lo que existe...
"No creas nada de lo que te digo, simplemente...hazlo y prueba. Bendiciones. NAMASTE
domingo, 24 de noviembre de 2019
Danza de Vida
«Las danzas de vida son un sistema de aceleración
de procesos integrativos a nivel molecular, celular, metabólico, neurológico y
existencial, promovido en un ambiente enriquecido mediante eco factores
universales humanos.»
Hace más de cuatro décadas que su creador Rolando Toro, dio
a conocer la Biodanza o “Danzas de vida” que aglutina las
ciencias de la psicología, la medicina, y la biología.
Esta técnica corporal te pone en buena forma física, y además te
proporciona bienestar, mejora tu capacidad de expresión e integración (las
piezas musicales están seleccionadas para provocar emociones) y te descubre a
través del movimiento, como es tu manera de comportarte y sentir en el mundo.
Las danzas de vida, activan el potenciales innato de cada persona,
a través de la danza, del gesto, de la voz y de la propia armonía
del movimiento.
Es una forma poética, artística y vivencial de entrar en conexión con
uno mismo, con los demás y con la realidad que nos rodea, expresando nuestra
auténtica naturaleza.
¿CÓMO ES? A través de
ejercicios progresivos que con el estímulo de la música y las
orientaciones dadas, ayudan a que cuerpo y emoción se unan para expresarse
creativamente, en la danza y en el encuentro con el otro.
Con ejercicios en grupo, de una forma lúdica y divertida, disfrutando
del baile se va profundizando en la propia sensación de sentirse vivo,
despertando posibilidades dormidas de todo nuestro potencial.
¿PARA QUIEN? Para todas las personas que quieran. No importa sexo, edad, profesión, condición física o social. Sólo es necesario que se quiera disfrutar, que se quiera sentir el cuerpo y aquietar la mente.
¿QUÉ BENEFICIOS
APORTA?
Recupera la armonía
natural: desbloquea tensiones físicas y psíquicas ( Aumenta la resistencia al
estrés, baja la ansiedad…).
Aumenta la vitalidad, mejora la salud y refuerza el sistema inmunológico elevando el grado de salud.
Integración del esquema corporal (mejora la postura y el movimiento).
Estimula la expresión de la identidad.
Mejora la autoestima y aumenta las actitudes positivas ante la vida.
Favorece la comprensión de uno mismo, la comunicación y vinculación con los demás.
Desarrolla y potencia la creatividad, la afectividad y la sexualidad.
Desarrolla la conciencia ecológica.
Las danzas de vida, refuerzan la parte saludable de las personas: el positivismo, la vitalidad, la afectividad, la identidad, y la creatividad, ampliando nuestras posibilidades de vivir, vivir más intensamente.
Aumenta la vitalidad, mejora la salud y refuerza el sistema inmunológico elevando el grado de salud.
Integración del esquema corporal (mejora la postura y el movimiento).
Estimula la expresión de la identidad.
Mejora la autoestima y aumenta las actitudes positivas ante la vida.
Favorece la comprensión de uno mismo, la comunicación y vinculación con los demás.
Desarrolla y potencia la creatividad, la afectividad y la sexualidad.
Desarrolla la conciencia ecológica.
Las danzas de vida, refuerzan la parte saludable de las personas: el positivismo, la vitalidad, la afectividad, la identidad, y la creatividad, ampliando nuestras posibilidades de vivir, vivir más intensamente.
jueves, 21 de noviembre de 2019
Última entrevista a Carl Jung
Carl Jung y la psicología analítica: "Cuando tienes miedo quedas petrificado y mueres antes de tiempo"
RedacciónBBC News Mundo

En 1957, Carl Jung era el psicólogo más famoso del mundo. A sus 84 años, pasaba su retiro en su casa de toda la vida, junto al lago de Zúrich, cerca de sus 19 nietos y ocho bisnietos.
"Vienen a la casa a jugar y se llevan hasta mis sombreros", bromeó la eminencia médica suiza durante una entrevista íntima que le realizó en su hogar el popular programa de televisión de la BBC "Face to Face" (Cara a cara).
Jung respondió las preguntas que le hizo el presentador británico John Freeman en la que resultaría ser la última entrevista que le realizó la BBC. 18 meses más tarde, el prestigioso fundador de la psicología analítica falleció luego de una breve enfermedad.
Aquí hacemos un repaso de esa histórica entrevista en la que Jung habló sobre su carrera, su relación con Sigmund Freud y su visión sobre la muerte, que estaba próxima.
También reveló un dato sorpresivo: si hubiera podido elegir, se hubiera dedicado a otra profesión completamente diferente.
"Yo en realidad quería ser arqueólogo", confesó. "Pero no tenía el dinero suficiente para seguir esa carrera".
Jung se había criado cerca de Basilea y su familia -encabezada por su padre, un pastor luterano- no tenía los recursos económicos para enviarlo a estudiar más allá de la universidad local, donde no enseñaban esa disciplina.
La medicina ni siquiera fue su plan B. "Mi segundo amor era la naturaleza", contó, "en particular la zoología".

Se inscribió en la Facultad de Ciencias Naturales. "Pero pronto me di cuenta de que si seguía esa carrera, mi destino sería ser maestro de escuela, porque no tenía dinero, y eso no cumplía con mis expectativas".
Fue así que la medicina resultó ser "una elección oportunista".
"Recordé que mi abuelo había sido médico y sabía que si estudiaba medicina tendría la oportunidad de estudiar Ciencias Naturales. Además, un médico puede desarrollarse, tener un consultorio y elegir su especialidad y tendría mejores perspectivas que siendo un maestro", agregó.
"Hacer algo útil con seres humanos me resultaba atractivo".
El vuelco hacia la psicología también se dio por casualidad.
"Ya había acordado trabajar como asistente de uno de mis profesores y estaba estudiando para mis finales cuando me crucé con un libro sobre psiquiatría. Hasta ese momento, jamás le había prestado atención porque en esa época nuestra profesión no era particularmente interesante", recordó.
"Nomás con leer la introducción al libro, que planteaba que la psicosis era una inadaptación de la personalidad, le dio en el clavo. En ese momento pensé: 'Tengo que convertirme en un alienista'", señaló, utilizando el término con el que se llamaba a comienzos del siglo XX a los psicólogos que trataban a las personas con enfermedades mentales (los "alienados").
Fue amor a primera vista: "Mi corazón latía alocadamente en ese momento y cuando le dije a mi profesor que no sería su asistente y que estudiaría psiquiatría, él no lo entendió y mis amigos tampoco, porque en ese momento la psiquiatría no era nada".
Sigmund Freud
El hito siguiente en su carrera fue conocer a Freud.

"Había leído muchos de sus textos pero recién lo conocí personalmente en 1907", contó.
Jung le había enviado al famoso austríaco un libro que escribió sobre esquizofrenia. Luego viajó a Viena a reunirse con él.
"Tuvimos conversaciones largas y penetrantes, y eso lo selló", contó sobre la histórica colaboración entre ambos.
Jung contó que rápidamente se hicieron amigos. "Él me caía muy bien, pero pronto descubrí que cuando él tenía un pensamiento sobre algo era inamovible, mientras que yo dudaba todo a lo largo", describió sobre sus diferencias.
"Era imposible discutir algo a fondo con él. Freud no tenía educación filosófica -yo estudiaba a Kant y estaba fascinado- y eso estaba alejado de Freud. Así que desde el comienzo había una discrepancia", confió, explicando las diferencias que eventualmente llevarían a una ruptura de la relación.
Jung contó que darse cuenta de las diferencias de carácter que tenía con su mentor lo llevaron eventualmente a realizar su famosa investigación sobre tipos de personalidades psicológicas.
También reveló que él y Freud analizaban sus sueños mutuamente. Pero se negó a hablar sobre las características de los sueños de su excolega y amigo, quien había fallecido en 1939.
"Es indiscreto preguntarlo, existe el secreto profesional que dura más allá de la vida de la persona", se excusó.

¿Qué marcó su ruptura?
"La causa última fue la publicación de mi libro 'La psicología del inconsciente'", señaló.
"Yo no estaba de acuerdo con muchas de sus ideas. Sobre todo con su abordaje puramente personal y su desestimación del las condiciones históricas del hombre", dijo.
La famosa teoría de Jung postula que existe un "inconsciente colectivo" que es anterior al inconsciente individual, algo en lo que discrepaba con Freud.
"Somos el origen de todo mal"
En los años 30, Jung fue uno de los pensadores que advirtió que iba a desencadenarse una Segunda Guerra Mundial. En medio de la tensión que se vivía en 1957 a causa de la Guerra Fría, Freeman le consultó si creía que iba a haber una Tercera Guerra Mundial.
"No tengo indicios definitivos al respecto", respondió, pero advirtió que los sueños de sus pacientes estaban repletos de temor.
También vaticinó -correctamente- que las actitudes hacia la psicología cambiarían.

"Necesitamos más psicología, necesitamos más entendimiento de la naturaleza humana, porque el único verdadero peligro que existe es el hombre mismo y somos penosamente ignorantes de ello", dijo.
"La psique del hombre debería ser estudiada porque nosotros somos el origen de todo mal", declaró.
Por último, Jung habló sobre la muerte, un evento que siempre consideró tan importante desde el punto de vista psicológico como el nacimiento.
La hipótesis del padre de la psicología analítica es que a la muerte hay que considerarla como una meta y que evitarla es evadir la vida y su propósito.
"¿Qué consejo tiene para las personas que están al final de sus vidas y consideran que la muerte es el final de todo?", le preguntó Freeman al experto de 84 años.
"He tratado a muchas personas de edad y es muy interesante ver qué hacen sus inconscientes con el hecho de que aparentemente están amenazadas con el final absoluto: lo ignoran completamente", aseguró.
"La vida se comporta como si fuera a continuar. Así que yo creo que es mejor para las personas mayores que sigan viviendo, que esperen la llegada del próximo día como si fueran a vivir por siglos", aconsejó.

"Así vivirán adecuadamente", dijo.
"Pero cuando tienes miedo, cuando en vez de mirar para adelante miras para atrás, quedas petrificado y mueres antes de tiempo", advirtió.
"Es obvio que todos moriremos y que este es el triste final de todo, pero a pesar de ello hay algo en nosotros que aparentemente no lo cree".
Él mismo fallecería 18 meses más tarde en su casa junto al lago.
martes, 19 de noviembre de 2019
Favor leer esta belleza de Víctor Hugo que enaltece tu condición humana
¿ PONIÉNDOME VIEJO ?
- _Te estás volviendo viejo_ -me dijeron-, _has dejado de ser tú, te estás volviendo amargado y solitario_.
No, respondí; no me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo sabio.
He dejado de ser lo que a otros agrada para convertirme en lo que a mí me agrada ser, he dejado de buscar la aceptación de los demás para aceptarme a mí mismo, he dejado tras de mí los espejos mentirosos que engañan sin piedad .
No, no me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo asertivo, selectivo de lugares, personas, costumbres e ideologías .
He dejado ir apegos, dolores innecesarios, personas, almas, y corazones, no es por amargura es simplemente por salud.
Dejé las noches de fiesta por insomnios de aprendizaje, dejé de vivir historias y comencé a escribirlas, hice a un lado los estereotipos impuestos, dejé de usar maquillaje para ocultar mis heridas, ahora llevo un libro que embellece mi mente.
Cambié las copas de vino por tazas de café, me olvidé de idealizar la vida y comencé a vivirla.
No, no me estoy poniendo viejo.
Llevo en el alma lozanía y en el corazón la inocencia de quien a diario se descubre .
Llevo en las manos la ternura de un capullo que al abrirse expandirá sus alas a otros sitios inalcanzables para aquellos que sólo buscan la frivolidad de lo material.
Llevo en mi rostro la sonrisa que se escapa traviesa al observar la simplicidad de la naturaleza, llevo en mis oídos el trinar de las aves alegrando mi andar.
No, no me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo selectivo, apostando mi tiempo a lo intangible, reescribiendo el cuento que alguna vez me contaron, redescubriendo mundos, rescatando aquellos viejos libros que a medias páginas había olvidado .
Me estoy volviendo más prudente, he dejado los arrebatos que nada enseñan, estoy aprendiendo a hablar de cosas trascendentes, estoy aprendiendo a cultivar conocimientos, estoy sembrando ideales y forjando mi destino.
No, no es que me esté volviendo viejo por dormir temprano los sábados, es que también los domingos hay que despertar temprano, disfrutar el café sin prisa y leer con calma un poemario.
No es por vejez por lo que se camina lento, es para observar la torpeza de los que a prisa andan y tropiezan con el descontento.
No es por vejez por lo que a veces se guarda silencio, es simplemente porque no a toda palabra hay que hacerle eco.
No, no me estoy poniendo viejo, estoy comenzando a vivir lo que realmente me interesa.
Víctor Hugo
¿ PONIÉNDOME VIEJO ?
- _Te estás volviendo viejo_ -me dijeron-, _has dejado de ser tú, te estás volviendo amargado y solitario_.
No, respondí; no me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo sabio.
He dejado de ser lo que a otros agrada para convertirme en lo que a mí me agrada ser, he dejado de buscar la aceptación de los demás para aceptarme a mí mismo, he dejado tras de mí los espejos mentirosos que engañan sin piedad .
No, no me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo asertivo, selectivo de lugares, personas, costumbres e ideologías .
He dejado ir apegos, dolores innecesarios, personas, almas, y corazones, no es por amargura es simplemente por salud.
Dejé las noches de fiesta por insomnios de aprendizaje, dejé de vivir historias y comencé a escribirlas, hice a un lado los estereotipos impuestos, dejé de usar maquillaje para ocultar mis heridas, ahora llevo un libro que embellece mi mente.
Cambié las copas de vino por tazas de café, me olvidé de idealizar la vida y comencé a vivirla.
No, no me estoy poniendo viejo.
Llevo en el alma lozanía y en el corazón la inocencia de quien a diario se descubre .
Llevo en las manos la ternura de un capullo que al abrirse expandirá sus alas a otros sitios inalcanzables para aquellos que sólo buscan la frivolidad de lo material.
Llevo en mi rostro la sonrisa que se escapa traviesa al observar la simplicidad de la naturaleza, llevo en mis oídos el trinar de las aves alegrando mi andar.
No, no me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo selectivo, apostando mi tiempo a lo intangible, reescribiendo el cuento que alguna vez me contaron, redescubriendo mundos, rescatando aquellos viejos libros que a medias páginas había olvidado .
Me estoy volviendo más prudente, he dejado los arrebatos que nada enseñan, estoy aprendiendo a hablar de cosas trascendentes, estoy aprendiendo a cultivar conocimientos, estoy sembrando ideales y forjando mi destino.
No, no es que me esté volviendo viejo por dormir temprano los sábados, es que también los domingos hay que despertar temprano, disfrutar el café sin prisa y leer con calma un poemario.
No es por vejez por lo que se camina lento, es para observar la torpeza de los que a prisa andan y tropiezan con el descontento.
No es por vejez por lo que a veces se guarda silencio, es simplemente porque no a toda palabra hay que hacerle eco.
No, no me estoy poniendo viejo, estoy comenzando a vivir lo que realmente me interesa.
Víctor Hugo
sábado, 16 de noviembre de 2019
Una historia de amor...
Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana, mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno, sufrió un infarto y cayó.
Mi padre la levantó como pudo y, casi a rastras, la subió a la camioneta. A toda velocidad, sin respetar semáforos, la condujo hasta el hospital.
Cuando llegó, por desgracia, ya había fallecido.
Durante el sepelio, mi padre no habló; su mirada estaba perdida. Casi no lloró.
Esa noche, sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia, recordamos hermosas anécdotas y él pidió a mi hermano, teólogo, que le dijera donde estaría mamá en ese momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, y de conjeturas de cómo y dónde estaría ella. Mi padre escuchaba con atención. De pronto pidió que lo lleváramos al cementerio.
"¡Papá!", respondimos, "¡son las 11 de la noche, no podemos ir al cementerio ahora!".
Alzó la voz, y con una mirada vidriosa dijo:
"No discutan conmigo, por favor, no discutan con el hombre que acaba de perder a la que fue su esposa por 55 años".
Se produjo un momento de respetuoso silencio, no discutimos más. Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador. Con una linterna llegamos a la tumba. Mi padre la acarició, oró y nos dijo a sus hijos, que veíamos la escena conmovidos:
"Fueron 55 años... ¿saben? Nadie puede hablar del amor verdadero, si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer".
Hizo una pausa, y se limpió la cara. "Ella y yo, estuvimos juntos en aquella crisis. Cambié de empleo...", continuó. "Hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad. Compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de los seres queridos, oramos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada Navidad, y perdonamos nuestros errores... Hijos, ahora se ha ido, y estoy contento, ¿saben por qué?
Porque se fue antes que yo. Ella no tuvo que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi partida. Seré yo quien pase por eso, y le doy gracias a Dios. La amo tanto, que no me hubiera gustado que sufriera...".
Cuando mi padre terminó de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado en lágrimas. Lo abrazamos, y él nos consoló: "Todo está bien, podemos irnos a casa; ha sido un buen día".
Esa noche entendí lo que es el verdadero amor; dista mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con el erotismo, ni con el sexo, más bien se vincula al trabajo, al complemento, al cuidado y, sobre todo, al verdadero amor que se profesan dos personas realmente comprometidas.
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