Biodanza
La Biodanza es una forma de
trabajar las relaciones interpersonales, en todos los ámbitos de nuestra vida:
laboral, afectiva, social, familiar. Puede ser practicada a cualquier edad
desde edades tempranas hasta edades avanzadas. No existen contraindicaciones,
solo hay que saber regular la intensidad del ejercicio en función de la
capacidad física de la persona.
Se realiza
de forma grupal. A través de las sesiones de Biodanza, se potencia la
vinculación entre las personas, armonizando los instintos, emociones y
sentimientos, integrando con todo ello lo que pensamos, sentimos y hacemos.
Se
atenderá al cuidado emocional del grupo, debido al desgaste de la vida
cotidiana y el trabajo diario, ayudando a través del movimiento corporal
a liberar todo aquello que necesite, autorregulándose, renovándose y relajando
la mente, liberando así gran cantidad de estrés acumulado. Con dicho trabajo
aprenderemos a adaptarnos a las exigencias externas, que en ocasiones son las
responsables de romper el equilibrio físico, psíquico y emocional, traducido en
cansancio, irritación, hostilidad, incomunicación, falta de concentración y
rendimiento laboral, ansiedad e incluso depresión.
Por
tanto podríamos definir la Biodanza como una disciplina que promueve el
desarrollo integral humano. Restablece la vinculación de las personas consigo
mismas y con los demás. Autorregula y renueva el organismo.
Se
trabaja a través de una secuencia de ejercicios integradores, inducidos y
estimulados por la música. Estos ejercicios están agrupados en cinco líneas de
trabajo: Vitalidad, Afectividad, Creatividad, Sexualidad y Trascendencia.
Con
todo ello favorecemos la expresión de los potenciales genéticos y
las emociones, atendiendo el desarrollo integral de las personas, permitiendo
que se sientan aceptadas y reconocidas por los que son y no por lo que hacen.
La
Biodanza permite que las personas mejoren su calidad de vida, volviéndose más
vitales, afectivas, creativas, capaces de disfrutar de la vida, y de sentir la
estrecha relación que existe entre los seres vivos, para vivir en paz, armonía,
respeto y libertad. Promueve la confianza, seguridad, autoestima, comunicación
y mejora las relaciones interpersonales.
Con la
práctica regular de forma semanal o a través de talleres, se pueden obtener
grandes beneficios. De forma General:
* Nivel fisiológico: Efecto
regulador de la actividad neurovegetativa, de los procesos homeostáticos
celulares, del sistema inmunológico, de manera que restablece el equilibrio
psicofísico, reduce el estrés y las tensiones orgánicas musculares.
* Nivel corporal: optimiza la
fluidez y flexibilidad, potencia, coordinación y ritmo. Fortalece la salud
física.
* Nivel psicológico: Diluye
las tensiones, produce efectos de armonía, integra el pensar, sentir y el
hacer. Asimismo, ayuda a superar estados de tensión y carencias emocionales,
disminuye el parloteo mental, contribuye a expresar emociones, ayuda en el
reencuentro con uno mismo y con los demás, fortalece la salud emocional y
mental, restaura el equilibrio emocional, permite conectar con el goce y el
placer provocando un efecto regenerador en todo el organismo y en la
conciencia, mejora la comunicación, y estimula el instinto lúdico.
*
Nivel Existencial: Ayuda a elevar la calidad de vida,
a través del cambio profundo y duradero de las actitudes internas, dado que su
práctica continuada produce el sentimiento global de bienestar en todos los
ámbitos de la vida. Mejora la relación con uno mismo y con los demás,
desarrolla los potenciales genéticos a través de la vitalidad, afectividad,
creatividad, sexualidad y trascendencia.
Y de
forma más específica, a través de talleres o con dicha práctica regular:
Autoconocimiento de nuestras capacidades y potenciales genéticos para afrontar las
exigencias de la vida cotidiana obteniendo un mayor rendimiento laboral.
Bienestar
integral a nivel físico, psíquico y
emocional, obteniendo una integración de lo que pensamos, sentimos y hacemos
consiguiendo estar en armonía con nosotros mismos.
Potenciar
valores humanos, respeto, compromiso,
responsabilidad, solidaridad, fraternidad, confianza, seguridad.
Mejora
de la comunicación interpersonal,
fomentando un mejor ambiente en todos los aspectos de la vida: trabajo, pareja,
familia, facilitando la empatía del entorno.
Mejora
de la autoestima, aumentando el nivel de salud y
armonía orgánica, mejorando la confianza y seguridad en nosotros mismos.
Gestión
del estrés, liberando angustia, ansiedad y
situaciones emocionales mantenidas y no resueltas.
Gestión
de emociones aprendiendo a conocer nuestros
límites de implicación, evitando un desgaste excesivo e innecesario.
Liderazgo, aprendiendo a conocer e integrar los diferentes estilos de líderes,
sabiendo aplicar en cada uno de los momentos el que sea necesario.
Resolución
de conflictos, conociendo y sabiendo definir los
limites.
Escucha
activa y empática, atendiendo las necesidades del otro
y compartiendo las nuestras.
A nivel Cardiovascular, la
biodanza puede representar grandes beneficios. Algunos de estos beneficios se
refieren a mejoras físicas ya que la biodanza es un ejercicio aeróbico
dinámico. Puede tener gran repercusión en el control de factores de riesgo
cardiovascular, como la obesidad, sedentarismo, pero además la biodanza va más
allá, al trabajar de forma integral en el individuo, se pueden mejorar aspectos
psicológicos, que suelen ser alterados con el comienzo de una enfermedad, como
es el caso del Infarto Agudo de Miocardio, como ansiedad por miedos a lo
desconocido, y en algunos casos desencadenada por malos hábitos tóxicos (beber,
fumar, consumo de otras sustancias), estrés laboral, alteraciones de la
sexualidad por miedos a sufrir nuevos eventos, alteraciones en el ámbito familiar,
que en muchos de los casos previamente ya estaba alterada o bien debido a la súper
protección o en algunos casos victimismo , asumiendo el rol de “enfermo”,
también con su práctica se ayuda a la mejorar las relaciones interpersonales
tanto en el ámbito familiar, social y laboral.